Estrategias de prevención y autoayuda para intérpretes

Identificar estilo de comunicación
Se pueden clasificar los estilos de comunicación en tres categorías: estilo agresivo, estilo pasivo y estilo asertivo. El estilo agresivo puede caracterizarse por el uso de frases directas que denotan exigencias y que en algunos casos pueden resultar ofensivas. El estilo pasivo identificarse mediante frases que denotan sumisión o vulnerabilidad. El lenguaje no verbal de este estilo puede indicar decaimiento y temor y no invita a la confianza. Finalmente, el estilo asertivo suele conllevar frases directas que expresan las necesidades del interlocutor, quien es capaz de defender sus intereses y expresar sus opiniones sin atacar ni exigir.
Sobre-identificación
Proceso que afecta a los y las profesionales cuando trabajan con personas con las que comparten características, antecedentes o sentimientos. Supone un problema porque la relación profesional se puede convertir en algo parecido a la amistad con lo que se pierde objetividad y aparecen ambigüedades en el propósito de la relación.
Practicar la escucha activa
La práctica de la escucha activa comienza por una voluntad de no dejarse influenciar por preconcepciones sobre la persona para la que se interpreta (evitar en particular presuponer sobre la base del orígen y la cultura de la misma). Se trata de procesar la información que la persona ofrece, tal y como la ofrece. Requiere por tanto mucha atención. Los movimientos, los gestos, las expresiones y el tono de voz de la persona que habla nos pueden dar claves sobre los matices del mensaje que está expresando. Percibir el componente emocional del mensaje es un elemento clave de la escucha activa. Conviene para ello prestar especial atención a las palabras, expresiones, descripciones y metáforas que indican sentimientos y emociones, así como al lenguaje no verbal, que también comunica emociones. Finalmente, cabe prestar atención tanto a las demandas explícitas de la persona que habla, como a las demandas implícitas, que dejan entrever las necesidades sin nombrarlas.
Labilidad emocional
Variabilidad anormal en el afecto, con cambios repetidos, rápidos y bruscos de la expresión afectiva.
Entrenar y practicar respiración profunda
En la situación más cómoda posible (de pie, en una silla, en el suelo), se coloca una mano sobre el abdomen y otra encima del tórax. Se toma aire por la nariz de forma lenta y profunda haciendo que llegue hasta el abdomen y que se levante la mano sobre él colocada. En esta posición de relajación, se sonríe un poco y se inhala de nuevo aire por la nariz y se suelta por la boca haciendo un ruido suave y relajante. Conviene prestar atención al sonido que emitimos y a los cambios que se producen en el cuerpo al abandonar poco a poco el estado de tensión (empezando por notar que la lengua y la boca quedan relajadas en esta posture). La práctica diaria redunda en un control cada vez mayor de esta técnica. Además de aplicarse antes y después de una sesión (en casa, en la sala de espera o en el baño), se puede aplicar con discreción en diferentes circunstancias, incluso en el contexto de una intervención aprovechando una pausa.
Entrenar y practicar respiración natural
En una situación cómoda se toma aire por la nariz de forma que se lleve el aire a la parte más baja de los pulmones. El diafragma ha de presionar hacia afuera para permitir el paso del aire y se debe inflar el abdomen. A continuación se llena la parte media de los pulmones de forma que la parte inferior del tórax y las últimas costillas se expanden ligeramente para recolocar el aire que hay en su interior. Por último, se llena la parte superior de los pulmones, elevando ligeramente el pecho y metiendo el abdomen hacia dentro. Lo que se describe aquí como tres pasos diferenciados, se convierte con la práctica en una única inhalación suave y continuada. Una vez se controla esta práctica, se puede llevar acabo con discreción en diferentes situaciones.
Entrenar y practicar respiración alternante
Este ejercicio está destinado especialmente a despejar dolores de cabeza producidos por la tensión. En una posición cómoda, se apoyan los dedos índice y medio de la mano derecha sobre la frente. Se cierra la ventana nasal derecha con el dedo pulgar y se inspira lenta y silenciosamente por la fosa nasal izquierda. Se cierra la ventana izquierda con el dedo anular y se abre al mismo tiempo la ventana derecha. Se expira lenta y silenciosamente y de la forma más profunda posible por la fosa derecha. Se inspira por el lado derecho, se cierra la ventana derecha con el pulgar y se abre la izquierda. Se expira lenta y silenciosamente y de la forma más profunda posible por la fosa izquierda. Se repite el ciclo de seis a ocho veces.
Entrenar y practicar relajación mediante el suspiro
Los suspiros permiten liberar tensión. También le proporcionan al cuerpo más oxígeno que una respiración normal. De pie o en una silla, se trata de suspirar profundamente emitiendo un sonido de profundo alivio a medida que el aire sale de los pulmones. Repetir el proceso entre ocho y doce veces. Se recomienda esta práctica antes o después de una intervención.
Entrenar y practicar relajación con golpes suaves
Este ejercicio no solo permite relajarse, sino que también ayuda a mantenerse alerta. De pie, se inspira lentamente mientras se golpea suavemente el tórax con las puntas de los dedos, asegurándose de golpear suavemente diferentes zonas del pecho. Una vez inspirado todo el aire posible, se mantiene la respiración y se golpea suavemente el pecho con las palmas de las manos. Por último, para soltar el aire, se forma con los labios un orificio y se expulsa un poco de aire como si se estuviera soplando una vela. Se repite esta expulsión hasta que se acaba con todo el aire retenido.
Entrenar y practicar detención del pensamiento
A veces es posible detener un pensamiento instrusivo: 1) Se elige el pensamiento que se quiere detener por se molesto, fuente de distracción o contraproducente. 2) Una vez que se está pensando en él, se grita la palabra “stop” y se evoca la imagen de esta señal. 3) Se introduce un pensamiento neutro o positivo (por ejemplo: contar hacia atrás de cinco en cinco, imaginar una playa, etc.). Repetir esta prácitca tantas veces como sea necesario para detener el pensamiento. A medida que se vaya practicando, en lugar de gritar “stop” se puede decir cada vez más suavemente hasta que llegue el momento en que solamente con evocar la palabra “stop” se detenga el pensamiento. Si las circunstancias no permiten gritar, se puede sustituir el grito por un pellizco en alguna zona del cuerpo, por un tirón de una goma elástica en la muñeca o clavando las uñas en la palma de la mano. Se trata de buscar un estímulo que “rompa” el curso del pensamiento.
Entrenar y practicar distracción del pensamiento
Se pueden alejar pensamientos irracionales o distorsionados mediante la distracción; es decir, evocando pensamientos alternativos. Se puede lograr con técnicas deliberadas: A) Fijar la atención en un objeto del entorno y preguntarse qué utilidades diferentes a las habituales se le podría dar a ese objeto (por ejemplo: un libro puede servir como parasol, como raqueta, como abanico, etc.). B) Elegir un color y buscar objetos de ese mismo color en el entorno. Nombrar el color, el objeto y agradecer alguna de las cualidades del objeto (por ejemplo: Rojo; camiseta; le doy las gracias porque me permite ir vestida.).
Entrenar y practicar autoinstrucciones
Se trata de mantener un diálogo interno mediante el que se envían pensamientos e instrucciones positivas que ayuden a lograr cierta tranquilidad o relajación. Deben ser instrucciones sencillas, concretas y creíbles. Si son extremadamente positivas y carecen de verosimilitud no tendrán ningún efecto. Ejemplo de autodiálogo eficaz: “No puedo equivocarme porque la vida de esta mujer depende de mí”; “Aunque mi actuación es importante porque soy su vehículo de comunicación, el resultado de esta entrevista no depende solo de mí; hay más miembros en el equipo de profesionales”; “Su vida depende de un sistema del que yo formo parte, mi labor es importante pero limitada”.
Estresores
Desencadenante de estrés, factor de estrés.
Asertividad
Habilidad que un sujeto posee para tratar con las otras personas; cuando alguien es capaz de transmitir a los demás sus pensamientos y emociones y consigue reconocimiento social (y con ello refuerzo de este tipo de conducta) decimos que esa persona tiene una conducta asertiva.
Contaminación psicológica
Tendencia a que las emociones y sentimientos de la persona con la que se trabaja lleguen a afectar de una forma excesiva al o la profesional.
Distancia terapéutica
Atención específica y cercana a una persona con la que se interviene cuando se tiene confianza en sus propios recursos y que tiene como objetivo la autonomía de dicha persona.
Empatía
Estado mental en el que un sujeto se identifica con otro grupo o persona, compartiendo el mismo estado de ánimo.
Escucha activa
Esfuerzo físico y mental de querer captar con atención la totalidad del mensaje que se emite, tratando de interpretar el significado correcto del mismo, a través del contenido verbal y no verbal que realiza el emisor e indicándole mediante la retroalimentación lo que creemos que hemos entendido. Significa escuchar con atención y concentración a la otra persona, lo cual nos capacita para entender lo que se ha dicho y demostrarle que se siente bien interpretada.
Estrés
Proceso que se origina cuando las demandas ambientales superan la capacidad adaptativa de un organismo. Esto puede dar lugar a cambios biológicos y psicológicos, que a su vez pueden ser causantes de enfermedad.
Mindfulness
Forma de implicarse en los distintos aspectos vitales de una forma diferente, con una atención y conciencia plena.
Pensamientos distorsionados
Todas las personas tienen pensamientos sobre sí mismas y sobre de lo que les rodea. Estos pensamientos se crean a partir de las interpretaciones que se hace de las situaciones cotidianas, basadas en la experiencia y estilo cognitivo. En algunas ocasiones estas interpretaciones no se ajustan a la realidad dando como resultado pensamientos distorsionados.
Técnicas cognitivas
Todo el conjunto de técnicas que utiliza la psicología cognitiva para lograr el control y el manejo de los pensamientos o cogniciones con el fin de evitar que estos generen consecuencias negativas para la salud psicofísica de las personas.

El objetivo principal de esta sección es exponer algunas técnicas que puedan resultar útiles a los y las traductores e intérpretes en su trabajo con mujeres víctimas de violencia de género. En este contexto es frecuente encontrar una serie de dificultades debidas tanto a las características de la profesión en sí como a las peculiaridades del encuentro. Las más habituales son las que tienen que ver, por un lado, con las relaciones que se establecen entre el o la intérprete y el resto de profesionales y la mujer; por otro lado, con la carga emocional que implica este tipo de encuentros; y por último, con el estrés o pensamientos negativos que experimentan quienes interpretan. Para superar estas dificultades se han expuesto cuatro estrategias (entrenamiento en asertividad, mejora de la empatía, técnicas de control del estrés y técnicas cognitivas) que pueden hacer que el trabajo que se desempeña con las mujeres víctimas de violencia de género gane en calidad y eficiencia al ejercerlo con mayor tranquilidad, tener una disposición más positiva y mayor autoconfianza. Pero también, su puesta en marcha propicia que la salud psicofísica de la persona que interpreta se vea protegida y evite caer en situaciones de estrés o burnout más difíciles de abordar.

 

En el siguiente esquema se presenta un resumen tanto de las dificultades de los encuentros, como del objetivo concreto que persigue cada estrategia, como de los pasos principales para aplicarlas.

  • DIFICULTADES
  • ESTRATEGIA

  • * Problemas de comunicación con otros profesionales.
    * Actitudes negativas hacia la profesión.
    * Desconocimiento de su tarea y/o función.
  • ASERTIVIDAD
    • Para
      * Salvaguardar profesionalidad.
      * Delimitar papel.
      * Generar confianza.
      * Mejorar confianza.
    • Cómo
      1. Identificar estilo de comunicación.
      2. Identificar situaciones de uso.
      3. Perfilar un guión.
      4. Afrontar manipulación.

  • * Distanciamiento respecto a la víctima.
    * Sobre-identificación.
    * Escaso trabajo en equipo.
    * Dificultad para entender las motivaciones de la vida.
  • EMPATÍA
    • Para
      * Comprender el estado emocional de otros/as.
      * No juzgar ni valorar.
    • Cómo
      1. Ser conscientes de sentimientos.
      2. Practicar la escucha activa.
      3. Buscar emociones en mensajes.
      4. Reaccionar adecuadamente.